Sonia García

El lenguaje paraverbal: el tempo

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Bailar - tempo

¿Tu bailas igual un rock que un tango? bueno, imaginando que los bailaras ¿los bailarías igual? ¿no verdad? ¿y por qué no? ah! Porque la música es distinta y tu sigues la música. El TEMPO es completamente distinto ¿es eso? ¿qué interesante? Por lo tanto, habrá movimientos de baile que no podrás utilizar cuando bailes un rock y otros que no podrás utilizar cuando bailes un tango ¿estoy en lo cierto? Más que nada porque quedaría fuera de lugar.

Pues este ejemplo que acabo de poner tan obvio es lo que ocurre cuando nos comunicamos con los demás.

Ya lo hemos hablado anteriormente pero vuelvo a recordarte que nuestros oyentes perdonan casi todo menos que les agredamos con nuestras palabras y que les aburramos .

Analicemos un punto importante en nuestra Comunicación para que nuestros espectadores no se aburran y este ejemplo nos sirve como referente.

Jugar con el TEMPO en la Comunicación es clave. Porque ¿qué es lo que más nos aburre? Efectivamente la monotonía, el todo el rato lo mismo, el bla bla bla monocorde.

En el Lenguaje Paraverbal: El tempo es crucial, así que juega con ellos y recuerda que la única forma de conseguirlo es siendo coherente con tus palabras

Por eso cuando hablas de algo que es intrascendente tus palabras pasan por encima, como si resbalaran, mientras que cuando hablas de algo importante para ti, es como si caminaras sobre barro, te ahondas, marcas palabras, quieres que tus palabras “hieran” en el buen sentido y por eso no es lo mismo patinar que ir caminando sobre barro, la velocidad cambia, el tempo cambia. Por eso si cuentas algo irrelevante de forma lenta y pastosa ¡aburres a las ovejas! Porque no estás utilizando el tempo adecuado, y tus pasos de baile están fuera de lugar.

Por eso cuentes lo que cuentes piensa que tu historia está compuesta de  la suma de todas las palabras y frases, pero cada palabra y cada frase debe tener identidad propia ¿no te parece? Porque sino pierdes la conexión con tu oyente. Te hago un ejemplo para hacerme entender mejor:

“Me contó que su perro estaba muy enfermo, para él era como un hijo, ¡como lloraba! daba pena verle, está muy deprimido y triste, no sé como ayudarle”

¿Lo ves? La historia es el total de las frases que la componen pero cada frase tiene ritmos diferentes, tempos que deben tratarse como tal porque si cuento toda la historia de mi amigo sumida en la tristeza ¡imagina!

Resumiendo, para conseguir jugar correctamente con el TEMPO de tus palabras, trata cada frase con identidad propia. Como decía un profesor de locución que tuve “si sientes que tu tempo es el correcto, cámbialo porque llevas mucho tiempo hablando igual”.

Hasta el siguiente blog.

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